Chuninimani, nuestro amigo imaginario.
Algunos niños tenemos amigo imaginario, el nuestro se llamaba Chuninimani. Mi hermana melliza y yo lo compartíamos, como todo las cosas que teníamos. No me acuerdo el momento exacto en que lo conocimos pero en ese entonces teníamos cuatro años. Él nunca quiso revelarnos su edad, mirándolo bien aparentaba ser mayor que nosotras.
Solo las dos con mi hermana podiamos sentir su presencia y de vez en cuando verlo. Prueba de que él era real es que ambas coincidiamos en su descripción física. Aveces se veía grande y otras pequeño. La mayoría del tiempo utilizaba ropa de varios colores. Tenía el cabello corto pero en ocasiones lo llevaba largo, y cuando tenía calor se lo rasuraba. No comia mucho y eso explicaba lo delgadito que era.
Un día quise dibujarlo y eso le molestó tanto que deje de intentarlo… por un tiempo.
Chuninimani nos tenía a nosotras y a Nani, un muñeco en forma de bebe que mi abuelo le había regalado a mi abuela para un aniversario. Antes que apareciera Chuninimani, Nani se sentía muy solo, vivía en una casa donde él era el único juguete. En ocasiones se entretenia con las mascotas de la cuadra que no siempre lo trataban bien. Ya había perdido su ojo izquierdo jugando con un perrito del sector. Cuando íbamos a visitar a nuestros abuelos aprovechabamos para jugar todos juntos.


Foto: Sol Barragán
Chuninimani era muy bueno. Cuando mamá llegaba y nos preguntaba porque estaba todo desordenado, él siempre asumía la culpa, aunque de nada servía porque mamá nos miraba incrédula, creo que sabía que de los tres, él era el más ordenado.
Cuando cumplimos seis años y entramos a la escuela, nunca entendí bien porque, pero ya no lo veíamos tan seguido. Una noche se quedo dormido y aproveché para empezar a dibujarlo sin que lo notará. Tenía muchas ganas de retratarlo, mi temor era que entre tantos niños que estaba conociendo, se me olvidara su cara. Todo iba bien pero cuando estaba sacándole punta a mi lápiz él sé despertó abruptamente de una pesadilla, se dió cuenta de mis intenciones y se fue sin decir nada, nunca más volvió. Ni siquiera se despidió de mi hermana y del solitario Nani, que a esas alturas ya había perdido también su ojo derecho (está vez con un gato).
Así Chuninimani solo quedó dibujado en mi mente, plasmado en mi corazón de niña. Con los años entendí que eso era lo que él estaba buscando con su negativa a qué lo retratará. Aveces cuando me quedo pintando en la madrugada creo sentirlo en mi taller, pero él le tiene pavor al lápiz y al papel.
Todavía tengo la esperanza que un día cualquiera aparezca y me perdone. Quiero que sepa que ya abandone la idea de dibujarlo, a menos que ahora él me lo pida.
1 Comment
Leave a Reply
Adela García
La Pintora
“Creo y pinto macetas porque, como nuestros ancestros, veo en estos objetos de cerámica un recipiente que no solo acoge a las plantas, sino que también, por medio de las formas, dibujos y diseños, preservan vivencias, momentos y sentimientos. En mi taller creo con el corazón y me encuentro con la niña que llevo adentro.”

Feliz Cumpleaños
8 de junio Feliz cumpleaños tatita Hoy, observando está neblina que se siente fría, me imagino hablando con ella. Siempre lo hacía el 8 de junio, día en que el amor de su vida, mi tatita, hubiese cumplido años en este mundo terrenal. Será el primer año que no...
read more
Historia de un retrato
Historia de un retrato Un día (hace 17 años) por primera vez dibuje a mi abuelito. Conforme con el resultado, le regalé mis trazos. A él le fascinaba todo lo que yo pintaba y frecuentemente me decía "Usted tiene un don Adelita". Sin embargo, ya habían pasado un par de...
read more
La nostalgia que me trae el viento
La nostalgia que me trae el viento. Tenia 7 años cuando me fui de Chile y me separé de mis abuelos, junto con mi familia nos aventuramos a vivir en Buenos Aires. Todavía dibujo en mi mente el momento en que el auto se alejaba de la casa donde vivían, lentamente y en...
read more
El baño, una fuente de inspiración
El baño, una fuente de inspiración. Cuando era niña me encerraba por horas en el baño de mi casa. Entraba en mis tiempos libres y me convertía en diversos personajes que no interactuaban entre ellos, eran solo monólogos en respuesta a situaciones límites que yo mismo...
read more
Recuerdos hermosos!!!gracias!!!